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Frontera: cuerpos y paisajes subversivos
04 de Julio hasta el 01 de Agosto 2018

Esta exposición muestra un trabajo crítico del Colectivo 9 que invita a pensar, desde la visualidad, los modos en que construimos identidades y territorios. Considerando, especialmente, que los cuerpos humanos habitan un espacio que significan a partir de estructuras aprendidas que les condicionan a proyectar sobre él sus construcciones mentales. De hecho, es poco probable que miren realmente la “naturaleza”, sino que más bien proyectan sobre esta aquello que llaman paisaje. Es decir, miran lo que saben, no lo que ven. En tal sentido, la territorialización de la naturaleza, por parte de los grupos humanos, significa articular en cada espacio y tiempo un paisaje característico.

La construcción e instalación del paisaje opera territorializándolo en una trama compuesta por coordenadas que tejen el espacio mediante expresiones culturales que refuerzan y legitiman discursos canónicos. Lo que redunda en un paisaje disciplinado y vigilante. Disciplinado porque se imponen en él un orden que es promovido como bueno para todos y vigilante porque ese mismo orden permite reconocer y delatar las irregularidades. Del mismo modo, los cuerpos humanos también son territorializados. A partir de operaciones que condicionan el modo en que interactúan con el paisaje no solo son enunciados como sujetos, sino que además se enfatiza su subalternidad. Así, los grupos hegemónicos continua y sostenidamente capturan el paisaje y los cuerpos, imponiéndoles categorías que devienen canon. Desde el poder se ramifican a todas las expresiones culturales, sean estos objetos y/o conceptos, los símbolos que recrean en los sujetos su condición de cuerpos sujetados. Sin embargo, siguiendo a Foucault, donde hay poder también hay resistencia.

En efecto, estas imposiciones no se instalan sin generar resistencias en los grupos subalternos. Siempre surge una resistencia crítica que deconstruye, propone y/o reformula esas mismas categorías en clave contracultural, para dejar de ser sujetos y poder pensarse de maneras que escapen de las categorías occidentales que organizan, en términos generales, un cosmos simbólico que tiende a lo dual. De ahí que los cuerpos que habitan el espacio moderno sean construidos y disciplinados en base a un binomio heteropatriarcal que se cierra a otras posibilidades de constitución. Pero como donde hay poder hay resistencia, y, afortunadamente, el poder no mide los efectos de sus acciones, la subversión al orden impuesto es el fantasma que anticipa la crisis del régimen normativo. Por ejemplo, el sistema informático —que es binario— también deviene paisajes. En efecto, este sistema no solo modifica la percepción que se tiene de la “realidad”, sino que además crea nuevas realidades, que son a la vez nuevas formas de territorialización. De esta forma se van corriendo los cercos en un territorio que es objeto de una constante disputa. Aquellos grupos que se imponen hegemonizan enunciados que dominan en todos los ámbitos. Puesto que la palabra crea realidad, el solo acto de nombrar es un ejercicio de poder.

Por lo tanto, en el trabajo de construcción de imágenes y en la curatoría que proponemos en esta exposición, ponemos en foco el paisaje, los cuerpos y los discursos que los articulan. Invitando a la reflexión en torno a aquellos sujetos que se resisten a ser subalternizados modificando el paisaje mediante la desterritorialización de sus propios cuerpos. Como Colectivo 9 queremos evidenciar esa disputa permanente entre lo canónico y lo subversivo, de donde surgen cuerpos, espacios y enunciados que fugan de la norma para activar contradispositivos que se oponen al orden legitimado y naturalizado. Finalmente, invitamos a mirar el paisaje sin los filtros que la episteme hegemónica ha impuesto, a pensarnos y transitar territorios como cuerpos en diálogos plurales e inclusivos.

Samuel Quiroga, curador


David Cruz, "Dormido en el tiempo", óleo sobre tela, 110 x 100 cm. / Frontera: cuerpos y paisajes subversivos / Colectivo 9