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Fragilidad
07 de Noviembre hasta el 30 de Noviembre 2006

+ ARTE Y HOSPITAL +

Desde su participación en las exposiciones “Línea de Flotación” y “Territorios” (1),venimos advirtiendo en la pintura de
Rodrigo Gallardo, una derivación hacia la iconicidad que actualmente se manifiesta en toda su magnitud en los distintos objetos modulares que componen la obra general hoy emplazada en la galería de arte; los cuadros de mayor formato, las composiciones donde intervienen objetos reconocibles, encontrados (buscados), que nos emplazan en torno a la fragilidad del cuerpo redimido del dolor.

En mi opinión, Fragilidad es un deliberado proceso de fragmentación, que sostiene un todo que no es simplemente narrativo.
Veo una especie de polifonía que rebrota la narración de determinados paisajes, tiempo y personajes, creando encrucijadas en un itinerario que se hace laberinto, que llama al ensimismamiento y la teatralidad del espectáculo puramente barroco que demuestra mucha pintura posmoderna, que nos lleva al límite del hermetismo, cuando no, hacia una estética de la inestabilidad y de la fragilidad de los discursos.

Las rotundas citas a la historia de la representación visual que en esta propuesta se aluden nos remiten a una búsqueda que si bien se puede articular con lo temático – genérico, también puede verse como un problema de la pintura y sus posibilidades representacionales.

A saber, la inclusión de armería medieval - en el plano del objetualismo de la obra - opera como contrapunto al bisturí cirujano,
con una intención de defender al cuerpo herido, cual San Sebastián, el Apolo que sobrevive a su pasión y vuelve contra el victimario.

La práctica de tiro con arquería supone la premeditación máxima en el ojo del francotirador, conciencia corporal, concentrada en un objetivo visible, conocido, determinado e inamovible.
El pintor Gallardo acota su dominio pictórico casi hasta el secreto, resistiéndose a una gestualidad que lo devuelva a la pintura, la que ahora se remite a ser un vehículo de iconicidad, que se auto-articule líricamente, suponiendo el ingreso a una esfera que se pueda denominar “adentro” o desde “sí”.
Separarlo de un afuera.

Aquí ha acontecido una especie de campo de batalla entre fuerzas antagónicas de distinta índole, que emplazadas simétricamente en el espacio, develan de manera elocuente las debilidades puestas en juego por el autor, todas provenientes de un círculo interior, alusivo a sí mismo. De ahí su fragilidad, ya que, a pesar de su carácter críptico, se devela como un suspiro: “Las reglas de la pintura - escribe Rosalind Krauss – son claras, transparentes como el diagrama que transparenta la lógica de sus relaciones, tan delimitadas como el marco delimitado por la ley de exclusión, una ley que hace de éste un dominio autónomo y cerrado.” (2)

Las alusiones a la quirurgia, en cuya órbita se entretejen los signos de la manu militare, nos hablan de una tensión ofensiva-defensiva, que viene del quirófano, de una tradición médica occidental que se centra en el exilio del cuerpo extraño (3), y en el estudio descriptivo de ciertas verdades aparentes (4).

El sufriente vive la pasión de Cristo, arrastrado por la necesidad de mitigar el dolor. Definitivamente el desplazamiento del paciente por el recinto clínico- hospitalario es un via crucis. Mortificación, oficio y venganza, el Hospital visto como un sino, un determinismo dramático, una dialéctica del abandono.


Renzo Vaccaro Meza
Director
Escuela de Arte UC Temuco


(1).”Línea de flotación” se expuso en marzo del año 2004 en la Galería de Arte de la Universidad Católica de Temuco. y La exposición “Territorios” itineró por
las ciudades de Temuco, Curacautín y Collipulli, en verano del año 2005. Ambas muestras fueron un colectivo que reunió a docentes de la Escuela de Arte de la
Universidad Católica de Temuco.

(2) Rosalind Krauss. El inconciente óptico. Ed. Tecnos, Madrid, 1997. P 338

(3) “la Extracción de la Piedra de la Locura” de Bosco, cuadro al óleo pintado en 1475-80. Museo del Prado, Madrid. donde se representa un grado absoluto de
entrega por parte del enfermo en padecimiento a las manu medici.

(4) “La Clase de anatomía del doctor Tulp”. Cuadro pintado por Rembrandt Van Rijn el año 1632, Mauritshuis Royal Picture Gallery, La Haya.


Fragilidad / Rodrigo Gallardo