Exposiciones Anteriores

Fauna
08 de Agosto hasta el 06 de Septiembre 2019

POZO TRANSPARENTE Y SÓRDIDO
Guillermo Machuca

 

I
Horizonte de personas. Registros de violencia callejera; también espectrales efectos visuales gracias al uso de refinadas formas y siluetas dibujadas con masking tape. El arte moderno ha usado superficies transparentes para hablar del cuerpo maquínico (un ejemplo: Duchamp). El ojo puede ser comparado con un vidrio; algo licuado, orgánico, susceptible de ser cocido como un mañanero huevo duro. Dibujos ocres y de contornos imprecisos. Las formas no podrían dejar de ser difusas, como la transparencia de un baño que hace que los cuerpos se muevan de manera ondulante (para muchos teóricos del inconsciente, los sueños serían una metáfora o una representación de un baño o un pozo a veces transparente –agua bendita, pura, bíblica- y en otras sórdida: heces hediondas, pegajosas, imposibles de evacuar).

 

II
Sumémosle otros contenidos al trabajo visual de Carlos Rivera: una serie de pájaros posando sobre límites horizontales que roturan ciertas arquitecturas invisibles (a punto de adquirir fuerza tectónica). Todo esto realizado, de manera sutil y trabajosa, con masking tape. Para muchos pensadores, los pájaros han representado la quinta esencia de lo aéreo, volátil y familiar (mucha gente colecciona aves en jaulas privadas, otras les dan de comer migas de pan a palomas que transportan enfermedades parecidas a las ratas). Rivera es un pintor, un artesano de sombras, heterodoxo, distintivo, incluso estilístico (para Barthes el estilo era el hombre). A Rivera le gusta desarrollar figuras y formas usando un cuchillo cartonero y, como se dijo más atrás, moldeándolas con imágenes hechas a pulso con papeles adhesivos. Rivera construye realidades en las que adhiere una realidad sobre otra. En todo caso, no hay nada más lejano a la realidad (trabajar una capa sobre otra, hasta el infinito o la muerte).

 

III
Lo minúsculo tiene que ver con el detalle manual (para Susan Sontag, lo minúsculo representaba una obsesión de carácter melancólica, saturnina, triste, obsesiva, fatalmente desorientado frente a las exigencias de la vida concreta: Benjamin, Barthes, Canetti, Artaud, Leni Riefenstahl, etc.). Un mundo hecho de figuras que se asemejan a ciertos sueños donde el durmiente asciende y desciende en espacios imaginales, imposibles de recuperar en estado de vigilia (estando despierto se recupera un color engañoso, que determinado arte ha ensalzado de modo compensatorio frente a una realidad de tonos opacos, al límite de un episodio de angustia crepuscular).

 

IV
Un aspecto importante en el trabajo visual de Rivera, ha tenido que ver con sus montajes. Son montajes perfectamente pensados para seducir al espectador. Esto no quiere decir que su trabajo rechace una necesaria distancia crítica (a lo Bertolt Brecht). En todo caso, la seducción depende de cada espectador, del efecto que la obra pueda provocarle. En el caso de ciertas obras como las de Rivera, lo fantasmagórico supera lo sensorial. Juega siempre con una distancia carente de sentimientos invasivos; su mundo de fantasmas y seres crepusculares se alejan y se acercan a la vez. Finalmente, en las obras de Rivera, las cosas caen o vuelan (no pueden ser nunca digeridas, menos evacuadas); también las personas (que también son cosas). La mayoría aprensionadas sobre un fondo algo lechoso, negruzco, pantanoso, como las presentes en algunas pesadillas noctámbulas. 


Fauna / Carlos Rivera